Esta historia se trata de un hombre de ya avanzada edad que solia pasar la mayor parte del tiempo hablando por telefono. Sus familiares le sermoneaban de que si seguia asi se volveria sordo.
Un dia, en pleno almuerzo el anciano dijo:
Cuando yo muera, quiero que pongan un telefono privado junto a mi sepulcro.
Los que estaban junto a el se quedaron atonitos por esas palabras
y no tuvieron reaccion alguna.
Esa misma noche, su esposa le regaño por el comportamiento
que tuvo frente a sus hijos y le dijo que no lo
volviera a hacer.
Unos meses más tarde, el abuelo mostraba sintomas de debilidad, parecia que estaba a punto de morir.
Al no poder caminar se postraba en su cama por el cansancio.
A la mañana siguiente llega su hija del supermercado, y al abrir la puerta de su padre, observa que no se mueve y que presenta una faz morada, intentó tocarle el cuello y sintió la falta de palpitacion. Su padre habia muerto.
En el entierro, su esposa y su hija dudaban en ponerle el telefono, pero no podían quedarse con esa conciencia, así que llamaron al electricista para que lo instalara en feretro.
Esa misma noche, le suena el teléfono a la viuda, ella aún dormida solo piensa quien molesta a esas horas.
Cuando contesta, es la voz de su marido quien le dice: pronto nos veremos..
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